Opinión Portada 

El comentario de hoy, jueves 12 de junio 2025

Aunque hay severas críticas a la forma como operan las redes sociales, como la difusión de información falsa, sacada de contexto, ofensiva u otras, no podemos soslayar que no hay hoy en día mecanismo de comunicación, en tiempo real, más eficaz. Robos, asaltos, accidentes, siniestros, etc., así como sus efectos, son de gran ayuda a las mismas autoridades y a los medios de comunicación que tienen la tarea de sistematizar la información y difundirla a través de sus espacios.

Las benditas redes sociales han sido, asimismo, mecanismos de posicionamiento político; plataformas para tundir al adversario; para difundir datos que le afectan y benefician a quien las difunde. He ahí las llamadas granjas de boots y miles de cuentas fantasmas desde las cuales atacar o desacreditar a quienes cuestionan a gobierno o partidos. Todo ello, por supuesto, implica paga de por medio a quienes se prestan a este tipo de acciones.

Pero más allá del entorno político, las redes sociales cumplen un papel social que nadie les puede regatear. Por ejemplo, la semana pasada generó una gran indignación el contenido de un video difundido seguramente por el ciudadano que lo grabó, en donde se ve descender al operador de un autobús urbano de pasajeros, poner en la banqueta a una persona lesionada y simplemente escapar del lugar. Luego se supo que la víctima había sido atropellada por la unidad referida.

Más todavía, que se trató del chalán que fue atropellado mortalmente por el mismo chofer, quien de manera desleal e insensible lo jaló del arroyo vehicular a la banqueta para abandonarlo, sinprestarle ayuda ni, mucho menos, solicitarla a los cuerpos de socorro. La víctima falleció. Otra más de quienes operan el transporte público y que, pese a la denuncia ciudadana, siguen arrastrando la misma insultante impunidad.

Y qué decir de los abusos, atropellos, acoso, cobros indebidos, mal estado de las unidades, sobrecupo, alcances, accidentes y otros, en los que incurren a diario unidades que prestan el servicio al público. Todo se remite a simples boletines de la Secretaría de Movilidad -SEMOVI-, para paliar la denuncia ciudadana. O de otros casos graves, como el homicidio de un moto-taxista la semana pasada. Y tal parece que aquí no pasa nada.

Ya es común escuchar declaraciones o buenas intenciones, por ejemplo, para paliar la inseguridad que vivimos los capitalinos, luego de la difusión de videos de vecinos o cámaras de seguridad de negocios, que dan cuenta de los atracos diarios en diversas colonias o Centro Histórico. Los mismos son difundidos profusamente por las benditas redes sociales. (JPA)

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